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Cascos de moto inteligentes: ¿realidad o ficción?

¿Has oído hablar del internet de las cosas? Dicho así quizás no, pero si te hablamos de objetos conectados a internet que ofrecen información útil al usuario te sonará más. Y si te ponemos un ejemplo real como esas pulseras tan de moda hoy en día que monitorizan tu actividad, cuánto andas o corres, lo que comes, pesas o hasta cómo es tu sueño lo tendrás ya claro.

El mundo de la automoción no es una excepción y lleva años en esta carrera. Sólo hace falta estar un poco atento a la publicidad para darse cuenta de que los coches conectados son ya una realidad. Conexión bluetooth o wifi, acceso a redes sociales o música en streaming, conducción con GPS integrado o sistemas de avisos como salidas de carril o exceso de velocidad son algunas de las nuevas prestaciones tecnológicas más conocidas. Cuando viajamos, no sólo queremos seguir conectados con el mundo, sino hacerlo de una manera segura minimizando los riesgos de tener un accidente.

De hecho, y según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles (Anfac), uno de cada cinco coches vendidos en España ya incluye, al menos, un elemento de conectividad y 6 de cada 10 clientes decide su compra en función de este tipo de equipamiento por encima de otras prestaciones más comunes.  Está claro que hay una fuerte demanda en el mercado que sólo puede crecer en los próximos años.

Pero, ¿qué avances existen para los motoristas en este sentido? Grandes marcas como BMW, Yamaha y Honda se han comprometido a introducir sistemas inteligentes en motocicletas y scooters antes de 2020. Sin embargo, es justo decir que, tanto el reducido espacio como el hecho de que los sistemas tengan que estar preparados para soportar agua, polvo, vibraciones o golpes dificultan el desarrollo. Es lógico pensar que encarecerían tanto el precio que no llegarían a ser disfrutadas por el gran público.

Motos 'conectadas'

No obstante, un ejemplo de por dónde irán los tiros puede ser el proyecto Globalrider, desarrollado conjuntamente por la marca de motos Yamaha y Telefónica. Es una prueba experimental con una moto conectada y un trasfondo solidario. La moto, una Yamaha Super Ténéré XT1200Z pilotada por Hugo Scagnetti, lleva desde el 27 de mayo dando la vuelta al mundo en 80 días. A lo largo de los 37.000 kilómetros previstos, se retransmiten contenidos multimedia e información telemétrica en tiempo real, lo que hace posible que cualquiera pueda vivir en directo la aventura.

Decíamos que la idea tiene un carácter solidario ya que Scagnetti sufrió una importante lesión en ambas piernas hace dos años provocada por una necrosis avascular y prometió que, si conseguía volver a caminar sin muletas, daría la vuelta al mundo recaudando fondos para los centros de investigación científica de los hospitales Puerta de Hierro y La Paz de Madrid especializados en en el campo de la regeneración de tejidos en niños con células madre.

La monitorización es continua tanto en la moto como en el piloto. Se miden parámetros como la temperatura, los gases, la presión, la inclinación o la aceleración de la moto y, en el caso del piloto, lleva varios sensores que miden sus constantes vitales y hasta su estado anímico a través de un guante especialmente diseñado para la aventura que recoge la actividad bioeléctrica de la piel y facilita información sobre sus emociones y procesos cognitivos.

Es muy posible que con todo este despliegue, Yamaha quiera investigar cuáles son los avances y aplicaciones que merece la pena introducir en su flota de motos para el gran público y cómo hacerlo en un futuro próximo, aunque insistimos en que no debe ser nada fácil.

Cascos de moto inteligentes

Más clara parece estar la senda por la que discurre la evolución de los cascos, el único elemento obligatorio dentro de la equipación de un motero. Los principales fabricantes centran sus esfuerzos en aumentar su seguridad y darle un carácter más activo en el pilotaje. Es decir, que sirva para mucho más que proteger nuestras cabezas. Una experiencia, que por desgracia no ha acabado bien, pero que es más que interesante es la creada por Marcus Weller, CEO de Skully.

Con un precio de salida de 1.200 dólares, el casco Skully AR-1 consiguió cerca de 300 reservas en cinco minutos, es decir, logró que 300 personas comprasen ese casco incluso antes de ser fabricado. ¿Qué tenía? Muchos de los elementos que piden a gritos los aficionados a las dos ruedas para ir mejor protegidos: cámara de visión trasera de 180 grados y visor transparente delantero donde ver toda la información a través de tecnología Head-Up Display (realidad aumentada), navegación GPS y sistema de audio interno conectado con el smartphone para poder hablar por teléfono o escuchar música. Vamos, un pequeño ordenador en nuestra cabeza que reduciría al mínimo las veces que tenemos que girar la cabeza para atender a otra cosa que no es lo que tenemos delante de los ojos.

El llamado casco de la era digital ha quedado finalmente en una gran idea que llegó a conseguir la financiación necesaria pero que, a mitad de camino se deshinchó. Desde ya te adelantamos que el casco no verá la luz –al menos con Weller al frente- porque el pasado mes la empresa se declaró en bancarrota.

Esperemos que corra mejor suerte el proyecto ruso LiveMap, centrado en fabricar un casco de moto inteligente dotado de una pantalla con información, obtenida a través de GPS, que se proyectará sobre el visor mediante realidad aumentada. La idea es mezclar información propia de la ruta con otros aspectos como estado de la moto o condiciones atmosféricas, pero como en el caso de Skully no hay una financiación cerrada para su fabricación en serie.

Quizás la apuesta más certera, en este sentido, sea la de BMW que presentó recién comenzado el año 2016 su prototipo. Imaginamos que la firma alemana no se va a tener que enfrentar a los problemas de financiación de una start up, así que es más que previsible que finalmente se lleve el gato al agua y, en un futuro aún sin determinar, saque al mercado cascos de moto inteligentes con sistema head-up display en el interior, donde el motorista dispondrá de información útil sobre el trayecto, duración, climatología, estado de la moto o accidentes y percances en la zona. También llevará dos cámaras, una delantera y otra trasera, integradas en el cuerpo del casco y, por supuesto, estará conectado al smartphone.

La tecnología LED comienza a brillar

En cualquier caso, mientras no haya precios ni fechas de salida, los cascos de moto inteligentes centrados en el desarrollo del internet de las cosas se acercan más a la ficción que a la realidad. En lo que sí han avanzado casi todas las marcas es en reforzar su seguridad. Ejemplos destacados son, por ejemplo, las marcas Hebo y Shark que han incorporado a sus últimos modelos de la temporada 2016 sistemas de iluminación con tecnología LED. Hebo ha estrenado este año Lights for life, un sistema de luz de seguridad  en la parte alta del casco Zone 5 que se puede colocar como luz trasera fija o luz de freno.

Por su parte, Shark acaba de presentar el casco Skwal que incluye luces LED en zonas estratégicas para aumentar su visibilidad. En concreto, el casco tiene paneles en la mentonera, toma de aire superior frontal y en los laterales. Las diferentes luces se activan accionando un botón en la parte inferior izquierda del acolchado. Con un toque, las luces se activan de manera fija y con dos, lucirán de manera intermitente. Al pulsar de nuevo, se apagan las luces.

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