Ahora que ya sabemos todo lo que necesitamos para nuestra próxima aventura en moto, como vimos en nuestra última entrada, es momento de empezar a planificar como cargaremos todo nuestro equipaje.
En este punto, resulta tan importante el saber dónde colocar nuestra carga que cómo colocarla, ya que la estabilidad dinámica de nuestra moto se verá condicionada (para bien o para mal) en función de si hacemos o no una buena distribución de todo el equipaje.
Por este motivo, tal como hemos comentado anteriormente, habrá que tener muy en cuenta tanto el peso total que podamos cargar sobre la moto como el que admiten nuestras maletas.
En Tienda Moto somos muy conscientes de que distribuir el equipaje no es tarea sencilla, y por ello te traemos los siguientes trucos 100% moteros con los que muy posiblemente saldrás de más de un apuro cuando intentes colocar, sin demasiado éxito, todo el equipaje en las respectivas bolsas, alforjas y maletas.
Así que tranquilo, cuando la frustración haga acto de presencia, no desesperes y sigue las siguientes recomendaciones.
La ropa, tu gran aliada
Las prendas de vestir es uno de los elementos del equipaje del motorista con el que se puede ganar más espacio. Intenta doblarla lo máximo posible y aprovecha los huecos que ofrecen los bolsillos o el interior del calzado para introducir más equipaje dentro.
Bolsas de plástico: ¡Indispensables!
El simple detalle de “empaquetar” todo nuestro equipaje delicado en bolsas de plástico es una de las cosas más útiles que se pueden imaginar.
Y de hecho, es la única manera real de mantener el equipaje seco bajo todas las circunstancias. Si se viaja con alforjas, las bolsas de plástico son de obligada necesidad. Si llueve y no las has utilizado, ¡entenderás el porqué!
Los objetos más pesados siempre colocados en el fondo
Ya sea maleta, bolsa, alforja o baúl, los objetos más pesados siempre se deberán colocar en el fondo de dichos elementos de carga.
Además, cuando ya sepamos todo lo que vamos a necesitar, será muy importante agruparlo entre aquellas cosas que seguro utilizaremos durante nuestra ruta y aquellas que posiblemente no haremos servir.
Las primeras las tendremos que colocar siempre con mayor accesibilidad mientras que el equipaje de menor prioridad lo podremos guardar en zonas menos accesibles.
Mochila convencional como última opción
Este tipo de equipaje será siempre la última opción para llevar nuestra carga, ya que mantener peso en la espalda además de incómodo puede resultar muy peligroso.
Si finalmente no nos queda otra opción, nunca llevaremos objetos duros como candados, cámaras de fotos o teléfonos, ya que en caso de caída podrían ocasionar serias lesiones en la espalda.
Sin estorbos durante el pilotaje
Resulta de lo más obvio, pero cuando coloquemos nuestro equipaje en la moto (sobre todo en el caso de los baúles y las bolsas sobredepósito), nos aseguraremos que no se limite en ningún momento la visibilidad de los marcadores de la moto ni la movilidad de manillares, ruedas, suspensión, basculante o pedales.
La prueba de rigor
Antes de emprender un viaje largo es muy recomendable hacer una salida de comprobación con el equipaje real que llevaremos durante el trayecto.
Esta prueba nos servirá para comprobar la estabilidad de la moto, observar si se limita la movilidad o la visibilidad de los marcadores y corregir cualquier tipo de anomalía o problema que observemos durante la conducción.
Si con estos trucos todavía no tienes suficiente, te recomendamos que eches un vistazo a la entrada que hicimos hace un tiempo sobre los baúles con los que podrás equipar tu moto.
Maletas rígidas, alforjas de cuero, alforjas blandas… encontrarás toda la información que necesitas sobre los elementos de carga que podrás acoplar a tu moto.
Qué llevar, cómo distribuirlo y dónde transportarlo. Sin duda, estas deben ser las 3 preguntas fundamentales que cualquier motorista siempre se deberá responder antes de iniciar su próxima aventura por carretera.
Con esta simple acción te asegurarás un viaje sin preocupaciones, y al mismo tiempo, reducirás enormemente la posibilidad de encontrarte desprevenido ante cualquier situación que te coja por sorpresa.
¿A qué estás esperando? Ahora, ya sólo te queda elegir tu próximo destino.
