Tener o no tener frío en moto… esa es la cuestión

Todos sabemos que las comparaciones son odiosas, pero no nos digas que cuando empieza a hacer frío, vas con tu moto, te paras en un semáforo y haces ese gesto tan característico de querer insuflar calor a tus manos, no has sentido en alguna ocasión la mirada de lástima de alguien que te observa desde la ventanilla cerrada a cal y canto de un coche. No nos digas que no has pensado alguna vez en lo calentito que irías tú, con la calefacción puesta, conduciendo en mangas de camisa mientras escuchas algo de música. Como diría el anuncio de un conocido banco, eso no es infidelidad. Lo que te pasa tiene un nombre. Se llama ir mal equipado y tiene solución.

Sabemos que cuando bajan las temperaturas, la decisión de coger la moto o dejarla aparcada está supeditada al hecho de tener o no tener frío mientras se pilota. Vamos a darte 7 consejos para que no pases frío en moto o, al menos, no sea un impedimento para seguir haciendo kilómetros.

Si no le haces ni caso, es muy posible que te lo devuelva metiéndote en más de un problema en la carretera. Hay momentos del año en los que no queda más remedio que echarle, no uno, sino dos ojos a la meteorología para estar preparados y planificar la ruta. Para los más clásicos está la radio, un medio directo e inmediato con el que desde primera hora de la mañana sabrás la temperatura y la previsión para el día.

Una buena idea es que lo complementes con una aplicación móvil con la que puedas estar enterado en tiempo real de la climatología o, incluso, de los avisos especiales por lluvia, viento o nieve intensos. Esta información te ayudará a equiparte mucho mejor y a ser previsor.

Sabemos que el espacio en una moto es muy limitado y que el equipaje o bultos que lleves deben tener una razón prescindiendo de todo lo accesorio para no cargar con peso que nos pueda desestabilizar. Aun así, creemos que, con una vez que te pille un aguacero, una nevada o soportes uno de esos fríos mañaneros que te hacen llorar con un equipo insuficiente, te darás cuenta de que a veces merece la pena decir aquello de ‘por si acaso’.

Afortunadamente, los materiales que se utilizan para las prendas térmicas e impermeables son cada vez más ligeros por lo que puedes plantearte llevar complementos, aunque, en principio, no lo necesites. No ocupan mucho espacio y estarán ahí cuando los necesites. Los imprescindibles:

La verdad es que el uso de la moto en ciudad crece cada año como medio de transporte habitual. Eso unido a la popularización de deportes como el alpinismo, el montañismo o el ciclismo han hecho que todos nos hayamos hecho un poquito especialistas en la materia. Ya tenemos claro que, incluso en nuestra vida normal, mucha ropa no es sinónimo de barrera contra el frío. Puede que incluso lo contrario porque nuestro cuerpo suda y, si llevamos camiseta sobre camisa sobre jersey sobre chamarra, el sudor –que al fin y al cabo es un líquido- no tendrá manera de evacuarse y se acabará enfriando. Resultado: tú también tendrás frío.

No obstante, para ir en moto tampoco te valdrá ir a la mejor tienda de montañismo y comprarte la chaqueta que más abrigue y sea la más ligera. ¿Dónde están las protecciones necesarias por si tienes un accidente y acabas rodando por el suelo? En ninguna parte porque habrás adquirido la mejor prenda contra el frío… de calle. Es fundamental que uses una chaqueta de moto para invierno.

¿Te vale tu chupa de cuero estilo Marlon Brando en The Wild One? Lo sentimos, pero no, si no dispone de protecciones homologadas en hombros, espalda y codos que garanticen la resistencia a la abrasión en caso de caída.

Por eso insistimos en que es tan perjudicial  ir sobreabrigado como infraequipado. En ambas circunstancias, tendrás dificultades y/o problemas para pilotar. Mira el cuadro comparativo que hemos realizado para que te des cuenta de las diferencias entre llevar o no llevar equipamiento de motorista.

A veces no es una cuestión de falta de presupuesto, sino de falta de conocimiento, sobre todo en moteros nóveles. ¿Cómo vestirse para una travesía con un día de perros? Lo ideal es no llevar más de dos o tres capas que pueden reducirse a una primera capa con ropa térmica pegada a la piel, una segunda capa con un forro polar y una tercera última con una chaqueta apropiada (no hace falta que insistamos más, ¿verdad?).

Parece obvio lo de resguardar del frío manos y pies porque son imprescindibles para pilotar, pero a veces nos olvidamos de las muñecas, la cintura o el cuello veces y nos acaban dando la lata cuando estamos en marcha. Lo de sellar con cinta, por ejemplo, la unión de la manga de la chaqueta con el guante para que no se cuele agua por la muñeca digamos que es un apaño, pero lo mejor es que te compres unos guantes de caña larga y específicos para invierno. Hay que destacar que cada vez son más cómodos y prácticos. Muchos modelos ya son compatibles con pantallas táctiles para que no tengas que quitártelos para responder al teléfono o manipular el GPS.

Con las botas pasa un poco lo mismo. Las de caña alta, con una correcta transpiración y membrana impermeable que repela el agua son las más indicadas para soportar los meses de bajas temperaturas. Si aún no te las puedes permitir, al menos, invierte en unos cubrebotas.

En cualquier caso, es imprescindible que eches siempre un vistazo a los cierres porque de ellos dependerá que esas uniones queden aisladas. Lo mejor suelen ser los sistemas combinados de cremallera y velcro. Y si tienes la mala experiencia de ir pilotando y, de repente notar que te entra frío por el cuello o la cintura, existen soluciones en el mercado como los cubrecuellos o chaquetas que tienen una cremallera adicional para empatarlas con un pantalón.

Antes de cerrar el capítulo de la equipación, déjanos que te hagamos algunas preguntas: ¿tu chaqueta o pantalones tienen elementos reflectantes?, ¿de qué color es tu casco?, ¿llevas siempre la misma pantalla? Todas ellas son cuestiones que determinarán con cuánta perfección cumples una máxima de seguridad en carretera: ver y ser visto.

Cuando montamos en moto, debemos procurar controlar todo lo que pasa en la vía, pero también que el resto de usuarios nos vean. Somos más pequeños y ocupamos menos espacio, lo que nos hace más débiles. Esta vulnerabilidad se puede multiplicar con algunos fenómenos asociados al frío invierno como nieve, hielo, niebla o lluvia. En nuestro blog puedes encontrar un monográfico sobre cómo aumentar la seguridad en ruta con cascos y pantallas de alta visibilidad. Aun así, queremos recordarte algunas ideas:

Si tú ya estás preparado, ahora toca preparar tu moto para el frío. Quedarte tirado siempre es un mal trago, pero que te pase en invierno puede ser una experiencia muy desagradable. Averiado, tirado y resfriado… menudo plan. Por eso, redobla los cuidados y no pases por alto las revisiones habituales.

Por otra parte, no está de más que tu moto permanezca abrigadita cuando esté parada. En ese sentido, hay un accesorio, el cubrepiernas, de uso polivalente: te servirá para mantener calientes las piernas cuando pilotes y, a la vez, protegerá el asiento y parte de la moto cuando la aparques.

Depende del tiempo que haga, te encontrarás la carretera de una u otra manera y, sobre todo, los usuarios de la misma se comportarán de una forma u otra. Por eso, no es bueno dar por supuesto que si ayer no te pasó nada, hoy tampoco tiene por qué, ni fiarte porque todos los días haces la misma ruta. Chequea siempre cómo están las vías antes de emprender la marcha. Te ponemos varios ejemplos.

Habrá incluso días en los que el sentido común te diga que es mejor buscarse otro medio de transporte. Hazle caso. Sabemos que eres un motero convencido, pero existen circunstancias en las que es conveniente para ambos que la moto duerma en casa.