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Acostúmbrate a reducir la velocidad porque las zonas 30 están al caer

Hay acuerdo de coalición entre PSOE y Podemos, pero no hay gobierno efectivo y las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez seguramente se alargarán. Puede darse la circunstancia de que lleguemos a Nochebuena –y no es una frase hecha- sin presidente, ni ministros, ni ministras. ¿Te has confundido de blog y no estás en el de Tienda Moto? ¿Vamos a hablarte de política y pactos en este post? Tranquilidad. No. Aunque lo que te vamos a contar es una de esas medidas que están en cartera a la espera de que se termine el tan nombrado bloqueo (sin duda, candidata a palabra del año). La Dirección General de Tráfico (DGT) está decidida generalizar las zonas 30 y que la velocidad en todas las ciudades pase de 50 a 30 kilómetros por hora en la próxima legislatura.

En la actualidad, esta limitación es una excepción y solo 18 ayuntamientos españoles han optado por reducir la velocidad en la mayor parte de sus calles. La pionera fue Pontevedra en 2010. Este mismo año, el consistorio gallego ha dado un paso más allá convirtiéndose en la primera localidad del país en la que los vehículos están obligados a circular a 10 kilómetros/hora en vías de plataforma única, es decir, aquellas en las que calzada y acera están a la misma altura.

A Pontevedra le siguieron Pamplona en 2012, Murcia y Zaragoza en 2014, Burgos en 2016 y Sevilla en 2017. No obstante, no ha sido hasta 2018, o incluso este mismo año, cuando los grandes centros urbanos como Madrid, Barcelona o Valencia han optado por intentar calmar el tráfico y los malos humos. En este mismo periodo se han apuntado a legislar zonas 30 Oviedo, Bilbao, Palma, Soria, Cuenca, Salamanca, Cádiz, Málaga y Las Palmas de Gran Canaria.

El objetivo de la DGT es traspasar la legislación municipal y modificar en 2020 el Reglamento de Circulación para establecer un límite genérico de 30 kilómetros/hora en ciudad y en vías de un carril por sentido. Las experiencias municipales parecen apoyar la tesis de que correr menos reduce la crispación, el ruido, los gases de efecto invernadero a la atmósfera y los accidentes. En su lugar, se gana salud, más campo de visión y más contacto visual con los otros usuarios.

Bilbao, por ejemplo, impuso zonas 30 en el 87% de sus calles en 2018. El balance ha sido tan positivo que, solo un año después, la concejalía de Movilidad del Ayuntamiento bilbaíno se está planteando ampliar la medida al 100% de la capital.

Aunque de un modo residual, también hay algún caso en el lado contrario. La limitación de 30 km/hora en todas las calles de la ciudad andaluza de Granada ha durado exactamente 5 meses. El pasado mes de marzo, el equipo de gobierno del PSOE lo anunciaba y entraba en vigor. En agosto, elecciones municipales de por medio y tras el acuerdo entre PP y Ciudadanos para hacerse con el Ayuntamiento, las zonas 30 eran desmanteladas. ¿Por qué? El nuevo equipo de gobierno consideró que la norma no había tenido prácticamente efecto entre los conductores ni tampoco en el nivel de contaminación, uno de los tres más altos, junto a Madrid y Barcelona. En la actualidad, están redactando un nuevo plan de movilidad.

En ese sentido, el paso adelante de la DGT para realizar un cambio legislativo en el Reglamento de Circulación supone un seguro frente a vaivenes políticos ya que la normativa es de aplicación “en todo el territorio nacional”.

¿Por qué zonas 30 en todo el territorio nacional?

Tráfico se apoya en diversos estudios para defender las zonas 30 en las ciudades españolas. Entre ellos, uno de la Organización de Naciones Unidas (OMS) que afirma que es ocho veces más probable que un atropello acabe en muerte si se produce a una velocidad de 50 kilómetros/hora. De hecho, estiman que, a 30 kilómetros/hora, la lesividad bajaría tanto que prácticamente se podría asegurar la supervivencia de la mayor parte de las personas atropelladas.

El otro gran caballo de batalla, el de la polución relacionada directamente con el uso del vehículo privado en las ciudades, también tiene el acuerdo de los expertos. Las zonas 30 reducen la contaminación debido a que, si los vehículos corren menos, generan menos gases de efecto invernadero. Por ejemplo, Berlín, una de nuestras ciudades vecinas con zonas 30 ha conseguido disminuir sus niveles de dióxido de nitrógeno entre un 10 y un 15%, según datos de la DGT.

Por último, la aparición de los vehículos de movilidad personal (VMP) propios o de alquiler quizás ha acelerado la aplicación de la medida. Los patinetes eléctricos se están convirtiendo en un modo de transporte limpio dentro de las ciudades, pero no están exentos de problemas. Para atajarlos, la DGT prepara otra reforma con la que los VMP ni podrán circular por las aceras, ni por vías interurbanas ni a más de 25 kilómetros/hora. Además, sus usuarios podrán ser multados si llevan auriculares mientras circulan y tendrán que pasar controles de drogas/alcohol como el resto de conductores.

Límites actuales de velocidad en calles, travesías y zonas especiales

Calles

Como norma general, la velocidad de los vehículos debe ser de 50 kilómetros/hora en las calles dentro del perímetro una ciudad. Los Ayuntamientos tienen la potestad para legislar mediante normativas municipales y rebajar aún más. En España, solo 18 ciudades lo han hecho hasta ahora.

Travesías

Las travesías son tramos de carretera sujetos a las normas urbanas de circulación, vías de muy distintas características donde se mezclan tráfico urbano e interurbano. La máxima genérica permitida en travesía es 50 kilómetros/hora, la misma que en poblado. Pero ojo porque puedes encontrar tramos con limitaciones específicas superiores e inferiores.

Zonas residenciales, escolares, etc

Son zonas de circulación especialmente acondicionadas destinadas en primer lugar a los peatones y, por tanto, tienen prioridad sobre los vehículos. La velocidad máxima está fijada en 20 kilómetros/hora y el estacionamiento está restringido a los lugares designados por señales o con marcas.

Si quieres ampliar información, te recomendamos que leas el reportaje completo ‘Ciudades 30, todos protegidos’ en la Revista de la DGT.

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