Arte a dos ruedas: los museos de la moto más sobresalientes

Más de 1.000 metros cuadrados para una colección de fama mundial con cerca de 200 motocicletas de entre 1902 y 2006. No faltan las marcas nacionales (Montesa, Bultaco, OSSA, Derbi, Sanglas, Rieju, Lube, etc) e internacionales (BSA, Norton, Triumph, Ducati, Harley Davidson), además de diversos prototipos y ejemplares únicos en el mundo.

El alma máter no es otro que el fallecido Mario Soler, un apasionado de las motos que, a lo largo de toda una vida, fue rescatando, restaurando y coleccionando un buen número de joyas en su pequeño taller de mecánica de la localidad leridense.

Desde 2002 puede admirarse todo su legado con maravillas realmente valiosas como una Clement de 1902 fabricada en Francia, uno de los primeros modelos del siglo XX equipados con luz de gas; una Gillet España, de la que sólo se fabricaron 50 unidades para dotar a la policía nacional, o un modelo de Harley-Davidson con sidecar que en la década de los 20 funcionó como taxi en Barcelona.

Más información: www.museumoto.com

Vicenç Folgado i Tena es otro de esos hombres cuya pasión por las motos terminó en museo. Empezó restaurando una motocicleta donada por un amigo suyo y ya no pudo parar.

En 1999 decidió abrir su Museu-Col·lecció con  más de 100 motocicletas restauradas por él mismo. No obstante, Folgado i Tena también dedicó parte de su técnica y creatividad a los coches antiguos, juguetes en miniatura y maquetas de tren.

Todos estos hobbies están reflejados en los diferentes espacios. Motos, automóviles de 1923 al 1980 y una gran maqueta de tren situada en la parte más alta del museo sorprenden a los visitantes.

Más información: www.feva.es/es/museos

Otro fanático de las motos, Ricardo Fracés Seguí, que tras más de 25 años recuperando motocicletas y microcoches, en 2003 abrió un museo de 500 metros cuadrados para disfrute de todo el mundo. La colección está formada por cerca de 140 motocicletas, además de varios microcoches, en perfecto estado y totalmente originales, de los años 20 a los años 70.

Un aliciente añadido para su visita es que, a parte de las motocicletas y coches, el museo exhibe también diversos objetos antiguos como máquinas de coser y escribir, cafeteras, teléfonos o radios. Una auténtica vuelta al pasado, vamos.

Más información: www.museovehiculosguadalest.com

Juan Antonio García, músico y agente artístico de profesión, es además un gran aficionado del mundo del motor y especialmente de las motocicletas. Tras 50 años restaurando motos, ha reunido más de 130 modelos de diferentes marcas, de 1924 a 1982, en un espacio tan especial como sus motos: el antiguo cine María Cristina. 

En el edificio, que data de los años 1920-1930,  se ha respetado su estructura arquitectónica, así como  la fachada principal y restos de la antigua pantalla de cine.

Más información: www.museodemotos.com

Toda una saga familiar dedicada a la restauración de motos antiguas. Jesús Mingo es el abuelo y da nombre al museo ubicado en la plaza mayor de Cifuentes. Empezó allá por los años 20 y supo contagiar su amor por las dos ruedas a sus nietos. Ellos son los que actualmente mantienen este lugar en el que se pueden ver 80 motocicletas recuperadas de forma sobria preservando sus características originales.

Si hay una marca mítica en el mundo de las motos en España esa es Ossa. Desde 2006, un museo permite conocer su historia y admirar sus modelos más importantes. Sus creadores quieren que los visitantes recorran los 60 años de actividad de la firma y, de paso, sepan por qué, a pesar de que las motocicletas Ossa fueron tan importantes a nivel mundial, el sueño terminó en los 80.

Para los que no lo sepan, Ossa también comercializó proyectores de cine y motores fuera borda. Algunos forman parte de esta curiosa colección que se distribuye en 3 plantas. La tercera está reservada a los 125 modelos de motocicletas fabricados por Ossa entre 1949 a 1984.

Más información: www.ossamuseo.es

Como muchos otros, este museo está levantado gracias al esfuerzo y tesón de un solo hombre. Juan Gil, ebanista y enamorado de las motos desde su primera Guzzi 65, ha logrado reunir más de 300 modelos restaurados con paciencia entre motos, coches y carruajes de entre los años 1920 y 1970.

En ese sentido, en lo que dura la visita puede verse la evolución de la automoción con recuerdos de los felices años 20, la guerra del 36, las dos grandes guerras mundiales y los prósperos años 60 y 70.

El museo cuenta también con una nutrida colección de cochecitos de bebé, triciclos y patinetes de los años 1900 hasta 1960 y hasta algún coche funerario de lo más llamativo.

Más información: www.museomotoclasica.com